Muchas veces, las relaciones entre la madre y sus hijos son conflictivas, porque estos últimos no comparten los puntos de vista de su progenitora o porque tampoco aceptan sus consejos.

Sin duda, a medida que una persona crece, forma su propia personalidad y corta el lazo que la unía, desde el nacimiento, con su madre y, también, con su padre. Así, a mayor independencia, es posible que surjan mayores desavenencias.

Si bien hay que tomar medidas para restablecer buenas relaciones con la madre, los expertos coinciden en que no hace falta que el conflicto escale a mayores para establecer nuevos límites.

Dentro de un ámbito de respeto y cariño, los hijos e hijas deben replantearse su relación con la mamá para, de esta manera, evitar conflictos en otras relaciones, como la pareja o su propia descendencia.

Como la madre es la primera influencia que una persona tiene, la validación, amor y aceptación que se recibe de ella le da forma a la autoestima y confianza en sí mismo. El sitio Therapyside explica que “sus efectos en cómo somos, sentimos y llegamos a ser son muy importantes en nuestra vida”.

Agrega que “los mensajes que recibimos de nuestra madre pueden influir en cómo nos vemos a nosotros mismos”. En ese sentido, explica que “sanar la relación puede ayudar a reemplazar creencias limitantes con pensamientos más positivos”. En caso contrario, una relación conflictiva con la madre puede llevar a la autocrítica.

Por otra parte, siempre según el sitio de psicología, sanar esta relación puede mejorar las relaciones futuras, porque “los conflictos no resueltos con la madre pueden manifestarse en otras relaciones”. En especial, a la hora de poner límites respetuosos hacia otras personas.

Como cualquier relación conflictiva, produce estrés y, por ello, superarla implica recuperar el bienestar emocional, porque brinda sensación de pertenencia y conexión, que contribuye a la salud mental.

Para comenzar a sanar la relación con la madre, hay que realizar una autoevaluación y preguntarse cuáles son los principales conflictos; qué sentimientos producen y cómo afectó esta situación en otras áreas de la vida personal.

Entonces, Therapyside aconseja hablar con honestidad y sinceridad, para reconocer los sentimientos de hijo o hija y su madre. Esto puede ayudar a abrir o profundizar el diálogo y establecer los pilares de la reconciliación.

Por supuesto, un paso fundamental consiste en redefinir los límites y establecer límites precisos en cuanto a temas de conversación, tema compartido y expectativas de ambas partes.

En tanto, la especialista Martha Debayle, desde el sitio BB Mundo, brinda más consejos. Entre ellos, enfocarse en el presente, sin olvidar el pasado, pero dejándolo en un lugar donde ya no cause efecto.

También aconseja “podar el árbol genealógico” para evitar “sufrir a los familiares” (lo que incluye a la madre) y mantener los proyectos y anhelos personales a salvo. “Poner distancia es una gran ventaja”, asegura.

Otra recomendación consiste en acercarse a personas que puedan formar un “círculo de apoyo”, como amigos, vecinos o compañeros de trabajo.

Finalmente, la famosa comunicadora sugiere mirar a la madre con ojos de compasión, realizar algunas actividades conjuntas, hablarle por teléfono y, sobre todo, aprender a perdonar.