Las orquídeas pertenecen a una familia de plantas muy amplia. La mayoría de los amantes de la jardinería tienen un gran aprecio por ella debido a la belleza de sus flores. Con más de 25.000 especies diferentes es una de las familias más grandes y variadas del mundo.

Son conocidas por sus flores exóticas y a menudo llamativas, que se pueden encontrar en una gran variedad de formas, tamaños y colores. La estructura de la flor está adaptada para la polinización por insectos.

A pesar de su fama de requerir muchos cuidados, la mayoría de las orquídeas necesitan un nivel de atención relativamente básico. Sin embargo, los fertilizantes son fundamentales para asegurar una buena floración. A continuación, el paso a paso de un abono casero con café que hará que la planta crezca de la mejor manera.

Existe un preparado de café que es capaz de hacer que las orquídeas crezcan con más fuerza. Los restos de café que quedan en la cafetera pueden ser utilizados como abono para las plantas, ya que son ricos en nutrientes como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre.

A medida que los posos se descomponen, liberan nutrientes gradualmente en el suelo, alimentando las plantas de manera constante. También mejora la filtración de agua en el suelo. Para utilizarlo como abono no es necesario utilizar café nuevo, se pueden usar los restos del desayuno o merienda.

Hay dos maneras de hacer este procedimiento. Una opción es recolectar de 50 a 80 gramos de posos de café y esparcirlos alrededor de la tierra de las orquídeas para que se desintegren naturalmente y que con el paso del tiempo liberen los minerales que la planta necesita.

La segunda alternativa es disolver 100 gramos de café soluble o posos en 2 litros de agua y utilizarlo como riego para que actúe como un fertilizante que proporcionará nutrientes a las orquídeas. Se debe distribuir el líquido alrededor de la tierra, evitando mojar los tallos y hojas. Si se implementa este método, lo ideal es realizarlo cada 10 días.

En cuando al riego que necesita, el sustrato debe mantenerse húmedo, pero sin llegar a estar encharcado. Una forma de comprobar la humedad adecuada es insertar un dedo hasta el fondo de la maceta; si sientes la tierra húmeda, está en el punto ideal. Es fundamental evitar el exceso de agua, ya que esto puede causar la pudrición de las raíces.

Otro punto a tener en cuenta es que es una planta de interior que requiere luz natural. Cuando pierda sus flores, se debe colocar en un ambiente más fresco durante 6 a 7 semanas para que perciba el cambio de temperatura. Luego de ese período, devuélvela a su ubicación original.

Las flores pueden durar entre 1 y 4 meses, dependiendo de la cantidad de capullos que tenga la planta. Cuando las flores se marchiten, se debe cortar el tallo al nivel de la tierra. Esto permitirá que crezca un nuevo tallo con flores más robustas.