El horario en el que se riega una planta en invierno es uno de los aspectos más importantes que hacen a su cuidado durante las bajas temperaturas. Hay que saber cómo y cuándo hacerlo para que crezcan más saludables y sin estrés.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que, generalmente, no necesitan tanta cantidad de agua durante el invierno, ya que la temperatura suele bajar demasiado y causarles daños. Para ello, se recomiendan algunos consejos.

Desde ya, es mejor realizar el riego dos veces a la semana para evitar el exceso de agua. Por otro lado, cuando haya bajas temperaturas hay que regarlas muy poco (para que no se escarche y congele la planta o pudra las raíces), o nada de riego si se producen heladas.

Sin embargo, lo más importantes es regarlas durante las horas más cálidas del día (media mañana o mediodía), evitando mojar mucho la planta. Para eso se puede utilizar un pulverizador, preferentemente con agua tibia. Se puede llenar una botella de agua y dejarla en el interior de la vivienda la noche anterior, para que aumente un poco la temperatura.

• Riego por goteo: es una técnica recomendable para el regado prudencial. se riega a unos ocho centímetros de distancia de la planta, para cubrir la superficie de ella y que el agua toque la tierra inmediatamente, llegando a las raíces.
• Frecuencia: en invierno, debe ser aproximadamente cada 15 días o más, dependiendo de la necesidad de las plantas y sólo a modo de apoyo o mantenimiento.
• Horario: evitar hacerlo a últimas horas de la tarde. Lo mejor es media mañana o mediodía.
• Situaciones de riego: evitar hacerlo en días de mucho viento y frío ya que se tiende a secar la tierra y hay que controlar que conserve la humedad. Si el suelo está helado o escarchado, es recomendable no regar.
• Las cantidades de agua utilizadas durante la época invernal son muy inferiores a las que se necesitan en verano para hidratar a las plantas, cuando los rayos del sol son más potentes.
• Tener en cuenta es la elección de la tierra, ya que si es rica en arcilla se logrará con ello una mayor retención de la humedad y menor necesidad de riego frecuente.

• Jazmín: puede soportar temperaturas de hasta -10°C. Según el portal español especializado Verdecora “es capaz de crecer en casi cualquier parte”.
• Durillo: es un arbusto de hoja perenne con flores blancas o rosadas, planta muy resistente al frío. Florece en pleno invierno y representa un gran anticipo de la primavera.
• Hiedra: resistente al frío, a la sequía y a la sombra. Es fácil de cuidar y no requiere de mucho riego ni sol. Hay que evitar que crezca más allá de la maceta.
• Lavanda: aromática, resistente al frío y al calor y de yapa, aleja a los mosquitos.
• Ciclamen: también es una opción infalible para llenar de colores vivos los jardines. Puede llegar a crecer hasta 40 centímetros en caso de que se le brinden los cuidados necesarios