Brasil es conocido por su vibrante cultura, sus festivales coloridos y, sobre todo, sus impresionantes playas. Con una costa que se extiende por más de 7.400 kilometros a lo largo del Océano Atlántico se encuentran varias plazas paradisíacas imperdibles.

Este país ofrece una gran diversidad de paisajes costeros, desde playas urbanas bulliciosas hasta rincones escondidos de arena blanca y aguas cristalinas.

Estos destinos paradisíacos no solo atraen a los amantes del sol y del mar, sino también a aquellos que buscan aventuras acuáticas, tranquilidad y un contacto cercano con la naturaleza.

Brasil posee riquezas naturales indiscutibles, desde el Amazonas, pasando por los Parques Nacionales de Chapada dos Veadeiros y Chapada Diamantina, hasta las Cataratas del Iguazú en la frontera con Argentina. Su extenso territorio es sinónimo de un encanto único, y la innumerable cantidad de playas que se extienden de norte a sur brindan una aventura paradisíaca.

Conocida como el “Caribe Brasileño”, Arraial do Cabo tiene algunas de las aguas más cristalinas del país, ideales para el buceo y el snorkel. Sus playas, como Praia do Farol y Praia Grande, son impresionantes.

Pipa es famosa por sus acantilados de arena roja, delfines juguetones y una vibrante vida nocturna. Es un destino popular entre los turistas que buscan tanto belleza natural como diversión.

Conocida simplemente como “Jeri”, esta playa es un paraíso para los amantes del windsurf y el kitesurf. Sus dunas de arena, lagunas de agua dulce y el icónico “Pedra Furada” la convierten en un destino único.

Vecina de Copacabana, Ipanema es famosa por su belleza natural y su ambiente chic. Acá podés disfrutar de un mar cristalino, arenas doradas y el vibrante barrio que la rodea, lleno de bares, restaurantes y tiendas.

Conocida internacionalmente, Copacabana es una de las playas más icónicas de Brasil. Su extensa franja de arena blanca, el famoso paseo marítimo de mosaicos y la vibrante vida urbana que la rodea la convierten en una visita obligada.

Esta playa combina belleza natural con historia y cultura. Sus piscinas naturales, creadas por arrecifes de coral, son perfectas para el snorkel, y el cercano Proyecto Tamar ofrece la oportunidad de conocer sobre la conservación de tortugas marinas.