El martes es considerado desde la antiguedad como un “día de brujas”. En realidad, para la magia, es un día de fuego, de inicios y, por supuesto, especial para hacer rituales que trabajen esta fuerte energía positiva y rechacen todo lo malo.

En este caso, es un ritual que une dos elementos poderosos y simples de conseguir –sal y limón– que, se cree, nos acerca la posibilidad de atraer riqueza y alejar la envidia y la energía negativa.

Veamos, entonces, cuáles son las correspondencias mágicas del día martes y cómo realizar este ritual paso a paso.

Los días de la semana fueron denominados a partir de los siete primeros astros que fueron descubiertos: el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno.

El martes, entonces, es el día que corresponde al planeta Marte; un día que nos trae una explosión de ímpetu y determinación para usar a nuestro favor.

En este sentido, es la jornada perfecta para comenzar proyectos que nos ayuden a atraer abundancia y prosperidad, a renovar (y “aliviar”) las energías que nos rodean y, también, a convocar a la pasión.

El color de los martes es el rojo y las gemas energéticas que le corresponden son piedra de sangre, turmalina rosa, coral, rubí y granate.

Históricamente, se cree que la sal es un elemento con poder para atraer dinero y abundancia. Así, se cree que para que nunca falte el dinero en la casa, nunca debe faltar sal.

Por ejemplo, era la ofrenda más valiosa que se le podía hacer a los dioses de griegos y romanos.

Además, se considera como una gran protectora contra maleficios y es un canal de buena suerte.

Como describe Carmen Torrente en su libro “La superstición dice….”, el círculo mágico es un antiguo ritual que se hacía para proteger a las personas del diablo: se trazaba un círculo de sal alrededor de quien se quería preservar.

Para los alquimistas, la sal disuelve y limpia todo lo malo, negativo y desechable; por lo que su poder sanador es fundamental e indispensable en rituales.

Debido a sus propiedades purificadoras y energéticas, el limón es muy utilizado en rituales y prácticas espirituales.

En general, a este cítrico se lo vincula con la limpieza, la protección, la buena suerte, la prosperidad y la abundancia. Incluso, algunas culturas creen que tiene la capacidad de alejar lo negativo y atraer todo lo bueno.

Incluso, son muchos los que consideran que el aroma del limón ayuda a calmar la mente y atraer la paz y la armonía.

Este ritual de los martes es una forma simple y potente de limpiar la energía de nuestro hogar o espacio de trabajo, y de abrir los canales para atraer la abundancia que necesitamos.

Para hacerlo, necesitamos una vela amarilla (o dorada), un limón (lo más verde posible), un incienso (o sahumerio) de sándalo y una copa de vidrio con sal. Puede ser cualquier tipo de sal: fina, sal marina, sal gruesa o sal rosa del Himalaya.

Primero, en nuestro lugar de trabajo o en la sala principal del hogar, preparamos un altar con la vela, la copa con sal y el limón.

Prendemos el incienso (o sahumerio) y la vela con un fósforo o cerillo de madera. Nos visualizamos rodeados de un aura dorada, con el deseo de que el limón limpie el espacio en el que estamos y que el dinero que necesitamos y merecemos llegue a nosotros como si fuera una lluvia de billetes.

Cuando terminamos la visualización, repetimos tres veces la siguiente intención:

“Que este lugar se limpie de todo lo negativo; que lo malo del pasado se borre y que las energías negativas se alejen sin más. Que venga la alegría, el inicio de proyectos y la abundancia a manos llenas. Gracias, gracias, gracias”.

Cuando la vela se apaga, enterramos la sal en una maceta o lugar con tierra y guardamos el limón en nuestro bolso o cartera (o en el lugar en el que dejamos el dinero) hasta que se pudra. En ese momento, lo tiramos lo más lejos posible.