La importancia del desayuno siempre está resaltada en los consejos de nutrición. La razón principal está en que se trata de la primera dosis de energía después del ayuno nocturno. Esto influye directamente en el rendimiento físico y mental. Pero, para cumplir con este propósito, ¿deberían elegirse alimentos dulces o salados?

Esta selección, de acuerdo al sitio CuídatePlus, tiene consecuencias en cuanto a la velocidad y mantenimiento de la liberación de energía y sensación de saciedad, entre otras cuestiones.

Para dar con la mejor opción, dos nutricionistas dan sus veredictos.

“El desayuno tiene una importancia crucial desde el punto de vista nutricional. Aunque las necesidades y preferencias pueden variar según la actividad de cada persona, el horario y otros factores. Además, la ingesta de un desayuno equilibrado puede mejorar la concentración, la memoria, el estado de ánimo y el nivel de energía, más allá de ayudar a mantener un peso saludable”, explica Ángela Quintas, química clínica, experta en nutrición.

Por su parte, Beatriz Robles, dietista-nutricionista y profesora de la Universidad Isabel I, brinda su contrapunto. Para ella “el desayuno no es la única comida del día. Tampoco, la más importante ni la más fuerte o contundente ni la que más energía nos aporta”.

Según ella, “los alimentos elegidos debieran regirse por los mismos principios y bases que el resto de la jornada”, indica en la nota de CuídatePlus.

Sobre esta disyuntivas, las expertas brindan los pro y contras de cada opción.

Suelen ser fáciles y rápidos de preparar. Sin embargo, Quintas explica que los alimentos excesivamente dulces o basados en ultraprocesados pueden causar picos y caídas rápidas en los niveles de azúcar.

Esto “puede llevar a una sensación de fatiga a media mañana y aumentar el riesgo de desarrollar problemas metabólicos a largo plazo”, señala esta especialistas.

Sin embargo, las opciones dulces saludables -como las frutas enteras, el yogur con un toque de miel y los cereales integrales- ofrecen una rápida fuente de energía.

“Incluyen proteínas y grasas saludables, tienden a mantener la saciedad por más tiempo y proporcionan una liberación de energía más constante”, señala Quintas.

La desventaja: alguno de los alimentos más frecuentes, como los fiambres, suelen ser altos en sodio.

Algunas alternativas saladas saludables: huevos, palta y frutos secos; o pan integral con tomate triturado y aceite de oliva.

“La clave no es tanto pensar en nutrientes si no en alimentos saludables y desechar del desayuno aquellos que tampoco debieran estar presentes de modo habitual a lo largo del día”, completa Robles.

Algunos alimentos para incluir en el desayuno

• Frutas enteras y verduras frescas.

• Proteínas magras (como el huevo).

• Grasas saludables (como frutos secos o palta).

• Opciones ultraprocesadas.

• Galletitas o confituras industriales.

• Cereales con alto contenido de azúcar.

“La clave estará en optar por el desayuno que nos guste a base de alimentos saludables, sean dulces o salados”, concluyó Robles.