La Luna, lo sabemos, influye en muchos aspectos de nuestra vida: desde la atracción de las mareas hasta cuándo cultivar frutas y hortalizas.

Por esto, desde la más remota antiguedad, quienes se dedican a la agricultura la han tenido en cuenta a la hora de decidir qué sembrar y en qué momento hacerlo.

Si bien la ciencia nunca demostró de forma concluyente que nuestro satélite natural ejerce un efecto directo sobre el crecimiento de las plantas, la creencia popular sostiene que las distintas fases lunares provocan cambios en su desarrollo.

Sin embargo, en este contexto, sí hay estudios que indican que tiene influencia sobre la producción.

Lo que no se ha comprobado aún es si lo que influye en la savia de las plantas es la luz lunar (que no es propia sino el reflejo del Sol) o la gravedad que ejerce sobre la tierra, destacan desde sistemashorticolasalmeria.com.

Desde el blog especializado explican, también, que la Luna contribuye al crecimiento, germinación o fructificación de los cultivos. Por eso hoy en día muchos agricultores siguen el calendario lunar para la siembra de sus cultivos.

En esta fase la Luna no es visible desde la Tierra y, por lo tanto, no refleja luz. Durante la Luna nueva el flujo de la savia desciende y se concentra en la raíz. Es una etapa de reposo, se suele aprovechar en el mantenimiento del cultivo.

En esta fase lunar, el flujo de la savia comienza ascender y se concentra en tallos y ramas. Este período es ideal, aconsejan, para sembrar todas las plantas que crecen en altura y dan frutos: tomate, pimiento, maíz, habas, etc.

En esta fase, nuestro planeta se ubica entre la Luna y el Sol, por lo que nuestro satélite se ve con su cara circular completamente iluminada. La savia se moviliza hacia arriba y se acumula en tallos y hojas, por lo que las hojas de la planta se desarrollan más rápido, pero la savia ya no se concentra en las raíces por lo que estas crecen a un ritmo menor.

Durante esta fase, la porción visible de nuestro satélite natural va decreciendo. La savia empieza a dirigirse hacia abajo y acumularse en la raíz, por lo que esta fase es ideal la siembra de hortalizas de raíz como zanahoria o nabo, entre otras.

Como adelantamos, durante la Luna llena la savia se moviliza hacia los tallos y las hojas de los cultivos.

La savia es un líquido transparente -y vital– que circula por el interior de los tejidos y las células de las plantas. Está compuesto por agua, sustancias orgánicas (como azúcares y aminoácidos) y nutrientes que absorbe del suelo, y su función es transportar a estos últimos por hojas, tallos, flores y raíces.

Durante la Luna llena, entonces, los agricultores recomiendan sembrar:

• Hierbas aromáticas: romero, tomillo, menta y orégano.
• Hortalizas de hoja: lechuga (en sus distintas variedades), espinaca, acelga, repollo (en sus distintas variedades), rúcula, endivias, brócoli, coliflor, calabazas, zapallo, etc.
• Plantas con flor: girasol, rosa, margaritas, caléndulas, etc.

Y no hay que olvidar, además, que al momento de sembrar es importante tener en cuenta las condiciones climáticas y de suelo adecuadas para cada tipo de cultivo.