Este domingo 4 de agosto 2024, se produce la Luna nueva en el signo de Leo. Ella traerá, entonces, toda la energía de un signo brillante, destacado y fuerte que marcará el ciclo que comienza.

Dentro del sistema de los ciclos planetarios, los más cortos son las llamadas lunaciones: todos los meses del año -aproximadamente cada 29,5 días- ocurre una lunación o punto de partida, que inicia con una Luna nueva.

Esta primera fase de la Luna tiene lugar en el instante exacto de la conjunción (cuando se encuentran a los mismos grados, minutos y segundos) del Sol con la Luna. En ese momento, el satélite no es visible en el cielo.

En Luna nueva solemos enfocarnos más en nosotros mismos y los encuentros suelen ser efímeros.

Es la mejor fase lunar para iniciar nuevos proyectos, meditar, restablecerse y acumular energías.

Y en esta oportunidad, la Luna nueva trae una energía de comienzos muy especial; una energía leonina de impulso y poder.

Leo está gobernado por el Sol, el astro rey de nuestro sistema solar, por eso simboliza la autoridad, el poder, la nobleza, lo elevado, lo brillante y lo destacado.

Histriónicos, de avanzada y brillantes, a sus nativos les gusta impresionar; buscan la admiración de los demás y ser centro allí donde estén. En este sentido, Leo es uno de los signos que peor soportan la derrota personal.

Por todo esto, esta Luna nueva es ideal para ritualizar para pedir prosperidad y buenos comienzos.

Esta Luna nueva en Leo es muy efectiva a la hora de poner en marcha rituales para el dinero, la prosperidad y el inicio de proyectos.

En la noche de este 4 de agosto, preparamos un altar con una vela dorada (o amarilla), una copa de agua, un limón verde y tres billetes.

Primero, prendemos la vela; luego, cerramos los ojos, nos visualizamos rodeados de un aura brillante y recibiendo toda la abundancia que necesitamos y merecemos.

Al finalizar la visualización, repetimos tres veces esta intención: “Luna nueva, luna de inicios, dame todo tu fuerza y energía para concretar mis proyectos y que la abundancia llegue a mí. Gracias, gracias, gracias”.

Cuando la vela se apaga, descartamos el agua con la mano izquierda en una maceta o lugar con tierra; compramos algo que nos guste y dé placer con los billetes, y dejamos el limón en nuestro escritorio o el lugar en el que trabajamos. Una vez que se seque, lo tiramos.

Primero, en la noche de este 4 de agosto 2024 escribimos, en un papel blanco y con tinta negra, qué objetivos y deseos tenemos y sentimos que están un poco “trabados”.

Pueden ser metas vinculadas con mejoras laborales, el inicio de nuevas actividades o proyectos personales, o relacionadas con el amor (ya sea que querramos comenzar una pareja o fortalecer lazos con la actual).

Doblamos el papel y lo colocamos debajo de una copa con agua. A su lado, colocamos tres ramitas de canela.

Prendemos una vela blanca (o plateada) y repetimos tres veces esta intención: “Que toda la fuerza de tu energía me ayude a abrir caminos y cumplir (los deseos que escribimos). Gracias, gracias, gracias”.

Cuando la vela se apaga, tiramos el agua en una maceta o lugar con tierra, y guardamos el papel junto a las ramitas de canela en un cajón personal hasta que los deseos u objetivos se cumplan.